viernes, 15 de junio de 2012

Visita al campo argentino: Castelli

Hace un par de fines de semana, decidimos cambiar un poco la vida estresante y agobiante de la gran capital argentina por una casa en el campo rodeados de la naturaleza en su máximo esplendor.
El pueblo se llama Castelli y está camino de la costa argentina y en apenas 3 horas de autobús desde la estación de Retiro cambiamos radicalmente de paisaje: humo por aire puro, ruido por canto de los pájaros o  agobiantes colectivos por paseos en la naturaleza.


 Fue mi primera incursión en la Pampa y la verdad es que no es muy diferente de Galicia sino fuera porque es completamente llana. Abunda el verde en los campos, la vegetación y animales domésticos que te vas encontrando a lo largo del camino.
Es curioso como dos días completamente desconectado te cargan tanto de energía para afrontar la semana.
De sábado a domingo las horas transcurrían entre cervezas, guitarras criollas, partidos de fútbol a la antigua usanza con porterías hechas con dos troncos, y como no un gran asado entre amigos.
Hay veces que es mucho mejor cambiar el boliche por unas canciones alrededor de una hoguera compartiendo una jarra de fernet, despertarte con el amanecer sin ningún tipo de alarma molesta del móvil o simplemente poder caminar descalzo por la hierba.
Como no, las anécdotas nunca faltan y es que el campo puede ser más peligroso de lo que parece: Desde caídas de una hamaca en plena siesta, hasta lesiones más o menos graves durante un partido de fútbol (estuvimos sacando pinchos de los pies una semana) siempre amenizan la jornada y acompañaron todo el buen ambiente reinante de un buen puñado de risas.
Que viva La Pampa y gracias Máximo!!