martes, 22 de mayo de 2012

Argentina: Pequeños problemas cotidianos

Ayer, día 21 de mayo, se han cumplido ocho meses desde que pise este país por primera vez, y con el paso del tiempo te das cuenta que cosas que en España serían impensables, y que paralizarían una ciudad entera aquí se toman como algo normal y simplemente te las ingenias para buscar soluciones. Ahí va una pequeña muestra:

- Che, no llego, no tenes mas chico?
Típico Kiosquero porteño
Este es uno de los problemas más comunes de este país, y es que vayas a comprar una tarjeta de teléfono, un alfajor, una revista, o una coca cola, la respuesta siempre es la misma por parte del vendedor, intentando que le des el importe exacto de la compra. Sería entendible si en España pagásemos en un kiosco con un billete de 50 o 100 euros, pero hay que tener en cuenta que el billete más grande aquí no alcanza ya ni los 20 euros. Más de una vez he tenido que entrar hasta en tres sitios diferentes con un billetes de 50 pesos (8 euros) para comprar una bebida y es una de las cosas más desesperantes del mundo.

- Hay paro el el subte!!
Desde que el subte (metro) paso a manos del gobierno de la ciudad un par de veces por semana hay paro de este transporte público utilizado por cientos de miles de personas todos los días para ir a trabajar. Como resultado la ciudad se vuelve un caos, los autobuses se llenan de gente y llegar a tu casa o al trabajo se convierte en una misión imposible y más de una vez es mejor echarse andar ante la desesperación e impotencia que sufres, y es que lo de servicios mínimos ante las huelgas parece que no existe.

- Un concierto sin cerveza?
Aunque parezca mentira, esta es una de las cosas que más echo de menos de Galicia (además del pulpo), es que un adicto a los conciertos como yo no puede concebir estar 5 o 6 horas en un festival sin poder tomarte una cerveza bien fría que te deje ver a los Foo Fighters o a Pearl Jam con tranquilidad. En argentina está prohibida la venta de alcohol en los conciertos, porque al parecer a la gente se le iba de las manos y cualquier evento del estilo acababa en batalla campal.
Así que cuando ves venir al "flaco" que va vendiendo bebidas entre la gente pensando en tu cervecita, solo vas a escuchar: "Hay paty y gaseosa"
 Larga vida al Rock y a la cerveza fría!

- Manifestación, queremos solución!
Manifestación en el Obelisco
En Argentina muchos colectivos de trabajadores se manifiestan habitualmente, y encontrarte calles céntricas cortadas con miles de manifestantes luchando por su causa es el pan de cada día. Más aún trabajando en la avenida 9 de Julio, como es mi caso, ya que es una de las favoritas para protestar, exigir e intentar cambiar el mundo que hay en esta ciudad. No es de extrañar que el autobús que te lleve al trabajo cambie su recorrido dejándote a 5 calles de tu trabajo "porque está cortada Corrientes y 9 de Julio"

- Un café con hielo?
Sí queridos amigos argentinos! Nos gusta tomar el café con hielo en verano, y no somos bichos raros por ello! Y que sepáis que el vino tinto no se sirve frío!

Un saludo!

viernes, 11 de mayo de 2012

Bolivia: América Latina de verdad

Arbol de piedra
Hace aproximadamente dos semanas tuve la oportunidad, junto a dos aventureros amigos, de hacer uno de los viajes más increíbles que he podido hacer hasta ahora, y no han sido pocos. Durante una semana hemos recorrido una pequeña parte de Chile y varias regiones de Bolivia en lo que ha sido una gran experiencia que voy a compartir con vosotros.
El punto de partida fue plaza Armenia a las 07:00 a.m del 27 de abril y yo tuve la "suerte" de llegar con un taxista que literalmente se quedaba dormido en los semáforos teniendo que despertarlo varias veces hasta destino!
Volamos hasta Calama, en Chile, previa escala en Santiago y a eso de las 22:00 llegamos a un pequeño pueblo en medio del desierto llamado San Pedro de Atacama donde cenamos en un sitio llamado Adobe, unos platos típicos acompañados de un buen pisco para brindar por la aventura.
Termas en mitad del desierto
A las 8:00 de la mañana partimos con jeeps 4x4 en grupos de 6 personas con nuestro conductor asignado, Guido que nos deleitaba con canciones del altiplano en su radiocasete.
A partir de aquí y a cada km que haciamos íbamos descubriendo increíbles lugares y paisajes que te dan la sensación de estar perdido en medio de la nada, lugares en los que no existe nada más que algún hotel cada 50 o 60 km y la verdad es que espero que sea así por mucho tiempo.
Cenando en San Pedro de Atacama
Solo llevábamos unas horas perdidos de la civilización y celebramos cual gol en la final de champions que nos dieran un sándwich de jamón en el desayuno!Ya estábamos luchando por sobrevivir!
Laguna con Flamencos
El primer día fue de lagunas y geisers, previo baño en unas termas en mitad del desierto en las que fui el único valiente que me metí. Valiente que unas horas después luchaba contra el mal de altura durante casi 12 horas de total agonía y ni los caramelos de coca me aliviaban, gajes del oficio.
Después de pasar una de las peores noches de mi vida y temiendo por el resto del viaje, me armé de valor, desayuné, dosis doble de nuestro amigo el ibuprofeno y a comerme el desierto de nuevo!
3 locos en el salar de Uyuni
Este segundo día seguimos con las lagunas altiplánicas en las que pudimos ver a miles y miles de flamencos a apenas unos metros y que concluyó en el entrañable y pintoresco pueblo de Culpina K donde nos alojamos en una especie de casa particular en la que disfrutamos de la primera ducha caliente en tres días, y un buen plato de comida caliente.. y como se valoran estas pequeñas cosas!! Impagable momento compartiendo unas cervezas bolivianas con nuestro compañero francés en una taberna típica degustando plátano frito.
El último día del desierto Boliviano visitamos el cementerio de trenes, con ferrocarriles de más de 100 años abandonados en mitad de la nada y por fin la joya de la corona: El Salar de Uyuni, que es una maravilla natural en potencia para próximas votaciones.
Trucha en el Titicaca
Nos despedimos de nuestros compañeros de viaje, dimos una vuelta por Uyuni y nos metimos en un ciber que olía a gasolina y en donde estaban dando el United vs City de la premier, y donde nos enteramos de que nuestro vuelo con Aerosur de La Paz a Santa Cruz (en suspensión de pagos ) peligraba.
Decidimos seguir adelante y esperar noticias de la aerolínea por lo que nos metimos en el autobús nocturno que nos llevaría a la La Paz después de 10 horas de interminable sufrimiento por el traqueteo que ofrecen las maravillosas carreteras de tierra y piedras del país.
La Paz
Llegamos a la Paz con un taxista que o no entendía el español o no conocía la ciudad porque nos llevo a un hotel a 15 minutos del centro por equivocación y después de discutir un poco conseguimos que nos dejara en nuestro espléndido hotel 5 estrellas en el corazón de la ciudad.
La Paz es como un gran mercado ambulante en el que cada 10 metros hay señoras vendiendo fruta, comida o cualquier objeto que te puedas imaginar, y es un placer perderse por sus calles y observar la América Latina más auténtica. Todo un día caminando por La Paz nos dejó agotados ya que subiendo de cerro en cerro y recorriendo sus mercados las piernas te empiezan a fallar. Pero merece la pena subir hasta algún mirador y contemplar la forma de la ciudad, los cerros llenos de casas dentro de lo que parece un absoluto desastre y sobre todo las grandes montañas nevadas de fondo que te recuerdan la altitud de 3.200 metros que tiene La Paz.
Habíamos dejado lo mejor para el final, la visita de un día completo al Lago Titicaca y la verdad es que superó nuestras expectativas.
Isla del Sol
El viaje de 3 horas a Copacabana empezó de forma surrealista en un taxi que nos tuvo más de hora y media buscando una gasolinera que tuviera gasolina y ya casi llorando nos pedía que no pidiésemos cambio de taxi que él nos compensaría. Así fue una vez en Copacabana nos llevó hasta un lugar paradisíaco con islas flotantes y el lago de fondo en el que degustamos una trucha pescada a mano delante nuestra en lo que fue uno de los mejores momentos del viaje.
Para entrar al lago contratamos una barca privada para los tres por un más que módico precio llevándonos hasta la isla del sol, un lugar completamente virgen en el que viven 450 personas prácticamente como lo hacían los primeros pobladores incas de la isla. Una experiencia inolvidable
De vuelta a Buenos Aires la sensación era de haber tenido una de las mejores experiencias de nuestras vidas y es un viaje que recomiendo y recomendaré para siempre.
Hasta siempre Bolivia!

Miguel.