miércoles, 31 de octubre de 2012

El superclásico: River vs Boca

Superclásico
Como buen amante del deporte rey, el día que recibí la noticia de que mi destino como becario de comercio exterior sería Argentina, el amor por el fútbol de este país, fue una de las pocas cosas que me levantó un poco el ánimo ya que, en un primer momento, me iría a disfrutar de esta beca a México DF.
El 28 de octubre de 2012, el país se paralizó, daba igual que estuviera a punto de caer la tormenta perfecta, que la inflación se disparara un 30%, que se acercara el segundo aniversario d ela muerte de ÉL, todas las miradas estaban puestas en un precioso estadio del barrio de Núñez: El Monumental.
El Monumental antes del pitido inicial
En un principio me había propuesto ir al estadio para vivir toda la emoción del " partido del siglo" pero las entradas en reventa alcanzaban los 150 €, y ese precio solo lo pagaría por ver un clásico pero de verdad, y en el Bernabeú.
Así que a las 15:30 de la tarde hora local, me dispuse a vivir mi primer clásico en cualquiera de los muchos canales en los que se retransmitía. Me decanté por la TV Pública y el agujero negro de la economía argentina llamado Fútbol para Todos.
Tengo que reonocer que aunque la liga argentina me es completamente indiferente siento simpatía por River, ya que hace algunos años me regalaron una camiseta y siempre le tengo un poco más de cariño.
Casi no me había ni fijado en la TV cuando.....Gooooooool de River! Fallo clamoroso de Orión y los Millonarios empezaban el derby ganando. Desde mi balcón escuchaba los gritos de toda la cuadra, gritos dignos del mejor comentarista deportivo, alguna cargada a los bosteros, y vuelta a la normalidad.
Poster de Boca Juniors tras el partido.
Sinceramente el fútbol en este país es muy inferior al europeo, en mi opinión, cualquier partido de segunda división en España ofrece más calidad que cualquiera que puedas presenciar en estas tierras, así que la emoción y lo realmente interesante está en las gradas y en la pasión con la que los argentinos viven este deporte.
En el descanso, algo curioso, un homenaje en la TV pública  a Nestor Kirchner por el segundo aniversario de su muerte, pero rodeado de un tufillo político K, que no se entendería en cualquier canal público de cualquier país europeo. Además el partido no se pudo reanudar hasta que se retiró un enorme cerdo hinchable vestido con la camiseta de Boca. Cosas del fútbol argentino.
Pasan los minutos, el aburrimiento es notable, zapping de vez en cuando hasta que, por los gritos de mis vecinos me entero de que River ha vuelto a marcar. 2-0 y todo parecía resuelto. River iba a tener su domingo de gloria y volvía con la cabeza bien alta a un superclásico en primera división.
Nada más lejos de la realidad, dos jugadas afortunadas, la última en el último minuto del descuento dan a Boca un empaté que por fútbol no había merecido pero que festejaron como si hubieran ganado la Libertadores, gesto de equipo pequeño en mi opinión.
Por el balcón, esta vez escucho a los seguidores de Boca con perlas como " siempre serás de la B", " Gallinas de mierda", etc.
Una vez terminado el partido mis conclusiones son que en este país se confunde pasión con violencia, es increíble como los grupos de barras bravas entran como héroes en las canchas, sin registros, sin entradas, actuando con total libertad, agrediendo hasta casi matar a miembros de la seguridad del estadio simplemente por " estar ahí" y que nadie haga nada por remediarlo.
Eso queridos amigos argentinos no es fútbol.
Barras de Boca agrediendo salvajemente  a los miembros de seguridad del estadio.

miércoles, 10 de octubre de 2012

La Media Maratón de Buenos Aires: El gran desafío

El ser humano es raro, no cabe ninguna duda. Hasta que llegué a Buenos Aires nunca me había dado por correr carreras populares, hasta que en diciembre del año pasado corrí la San Silvestre de 8K y ahí me empezó a picar el gusanillo. Nunca había imaginado ni en mis mejores sueños que unos meses más tarde podría conseguir terminar una media maratón de 21 largos kilometros.
En el asado preparatorio
Mis amigos Imao, Lolismo, Piloto y yo  nos decidimos a apuntarnos para obligarnos a entrenar duramente durante las semanas previas al evento, sabiendo que no era una prueba cualquiera, y que sin tener un poco de práctica terminarla iba a ser una misión casi imposible.....bla bla bla. Finalmente pasan los días y en todo un mes solo había salido a correr dos veces y el recorrido máximo había sido una hora. La primera parte de la misión había fracasado.
Largada
El día previo al maratón, que mejor preparación que un gran asado entre amigos donde los choripanes, la cerveza y la sangría abundaban, echando por tierra las pautas de última hora de hidratación y alimentación  que son necesarios para afrontar este tipo de pruebas, pero que sirvió para llenarnos la moral y decirnos a nosotros mismos....yes we can!
Como buenos runners decidimos que lo mejor para motivarnos y no caer en depresiones pre maratón, y evitar frases como, "que coño hago corriendo 21 km cuando podría estar en un boliche", "no entrené lo suficiente", " yo os espero en la meta sacando fotos", sería juntarnos en una casa para cenar, dormir y desayunar todos en amor y compañía y llegar " con todo" a la largada de las 7:30 a.m en los Bosques de Palermo.
Conseguido!
Así que, después de una ensaladita de pasta para coger energías, una sesión de cine con Invictus como película motivadora  cuya frase de " I am the captain of my soul, I am the master of my fate"
 sirvió para darnos el último aliento, nos fuimos a dormir con la única idea de cruzar la ansiada meta.
Suenan las alarmas y al mirarnos las caras sabíamos que las horas de sueño no habían sido suficientes, pero después de un desayuno de campeones, las últimas consignas y los preparativos nos metimos en la Farraneta  llenos de moral y energía para afrontar nuestro gran reto.
Como no podía ser de otra manera, llegamos con la carrera ya empezada, corriendo de un lugar a otro buscando la consigna, los baños, y el punto de partida de la carrera hasta que por fin....todo comenzó.
Durante los primeros dos kilometros corrimos los 4 juntos, cada uno a lo suyo, respirando, alguna foto, primeros gritos de aliento por parte de los voluntarios que nos acompañaban durante toda la carrera y sobre todo concentración, y repetirnos a nosotros mismos a cada paso, podemos!
Final feliz!
Pasan los kilometros y el recorrido se hace cada vez más bonito: cruzamos la Av del Libertador, la 9 de Julio, el Obelisco, Plaza de Mayo, los barrios de San Telmo y sin darnos cuenta habían pasado 10 kilometros en un suspiro.
En ese kilometro empiezan los dolores, que aunque no te sientes cansado, te empiezan a preocupar, pensando que si siguen así no podrás conseguir el gran objetivo, pero aprietas los dientes, bebes un poco, aprovechas la fruta que te entregan y aprietas el paso sabiendo que aunque no hay nadie animándote en el recorrido haces tuyos todos los gritos de " dale", "vamos", "ya lo tienes" y entonces ya estas en el kilómetro 15 y los dolores han desaparecido.
Con la mirada vas buscando a alguno de tus amigos, alguna cara conocida que te sirva de aliento para el arreón final y sorprendentemente te vas encontrando mejor y durante los últimos 3 kilómetros aumentas el ritmo y con una felicidad inmensa afrontas los últimos  kilómetros con la sonrisa en la cara sabiendo que la meta esta cerca y que finalmente lo has conseguido.
El último kilómetro  aunque era de los más feos del recorrido es un regalo, ya que quizás es el que más disfrutas. Sprint final, visualizas la meta y entras levantando los brazos como si hubieses ganado la prueba, ese momento amigos, no tiene comparación.
Con mi medalla, mi botella de gatorade, y con mis piernas doloridas busco a mis compañeros de aventura hasta que nos fundimos todos en un abrazo de felicidad por haber conseguido el gran reto. Sin palabras.

viernes, 5 de octubre de 2012

Retiro: Una ciudad en miniatura

Llama la atención a cualquiera que visite esta ciudad y tenga que coger un tren en la principal estación, lo curiosa y pintoresca que puede llegar a ser.
Estamos hablando de uno de los puntos más antiguos de la ciudad y que lleva por nombre Retiro que abarca desde el principal punto de llegada de trenes y autobuses a capital hasta una de las villas miserias más pobladas: la Villa 31, también llamada Villa Esperanza,  aunque nunca entendí realmente por qué.
Tomar un tren en Retiro puede ser toda una aventura y muchas veces es entretenido. Paseando hasta llegar a la estación te encuentras toda clase de gente: trabajadores, vendedores ambulantes, parrilleros, errantes, maleantes, ladrones, familias enteras desplazándose, estudiantes,....
Llama la atención la belleza de la estación, en la que al atravesar sus puertas te da la sensación de volver a los años 40, a revivir el esplendor del Buenos Aires de aquella época, pero que una vez que te montas en el tren, se te olvida rápidamente  y vuelves a la realidad del momento.
Inconfundible el olor a choripán y hamburguesas "recién hechas" de sus calles, la gran variedad de artilugios que puedes encontrar ( desde altavoces, fundas de ipod, pelotas de tenis gigantes, ropa, todo el catálogo de lentes Rayban, y un largo etcétera), la inseguridad inminente que trasmite, sobre todo en horas sin luz solar, gente corriendo hacia diferentes lugares, algún policía, atascos de autobuses, la gran Torre de los Ingleses y sobre todo la presencia de la Villa 31 hacen de este rincón de Buenos Aires uno de los más entrañables y especiales y que personalmente me tiene mucho encanto.
Retiro es como un gran centro comercial abierto de oportunidades lleno de ropa de imitación, que recorren todos los días miles de personas, pero que la gran mayoría de ellas ni siquiera se para un segundo para conocer la "magnífica oferta de artículos".
Es difícil de creer como en un emplazamiento tan céntrico y notable han permitido dejar crecer de forma incontrolable e insostenible a la villa, donde crecen desproporcionadamente las casas asentadas en pisos de hasta 4 viviendas y que se puede apreciar simplemente tomando la autopista o en el trayecto del tren que va a Tigre.
Estas villas funcionan como mini ciudades, en donde puedes encontrar cafeterías, parrillas, supermercados de barrio y, en general, cualquier artículo de primera necesidad. Pero la realidad de estas villas son las calles sin asfaltar, la basura acumulada, casas construidas de forma precaria sin ningún tipo de seguridad, y la sensación de que cuando te acercas a ellas puede pasar de todo menos bueno.

Saludos