viernes, 5 de octubre de 2012

Retiro: Una ciudad en miniatura

Llama la atención a cualquiera que visite esta ciudad y tenga que coger un tren en la principal estación, lo curiosa y pintoresca que puede llegar a ser.
Estamos hablando de uno de los puntos más antiguos de la ciudad y que lleva por nombre Retiro que abarca desde el principal punto de llegada de trenes y autobuses a capital hasta una de las villas miserias más pobladas: la Villa 31, también llamada Villa Esperanza,  aunque nunca entendí realmente por qué.
Tomar un tren en Retiro puede ser toda una aventura y muchas veces es entretenido. Paseando hasta llegar a la estación te encuentras toda clase de gente: trabajadores, vendedores ambulantes, parrilleros, errantes, maleantes, ladrones, familias enteras desplazándose, estudiantes,....
Llama la atención la belleza de la estación, en la que al atravesar sus puertas te da la sensación de volver a los años 40, a revivir el esplendor del Buenos Aires de aquella época, pero que una vez que te montas en el tren, se te olvida rápidamente  y vuelves a la realidad del momento.
Inconfundible el olor a choripán y hamburguesas "recién hechas" de sus calles, la gran variedad de artilugios que puedes encontrar ( desde altavoces, fundas de ipod, pelotas de tenis gigantes, ropa, todo el catálogo de lentes Rayban, y un largo etcétera), la inseguridad inminente que trasmite, sobre todo en horas sin luz solar, gente corriendo hacia diferentes lugares, algún policía, atascos de autobuses, la gran Torre de los Ingleses y sobre todo la presencia de la Villa 31 hacen de este rincón de Buenos Aires uno de los más entrañables y especiales y que personalmente me tiene mucho encanto.
Retiro es como un gran centro comercial abierto de oportunidades lleno de ropa de imitación, que recorren todos los días miles de personas, pero que la gran mayoría de ellas ni siquiera se para un segundo para conocer la "magnífica oferta de artículos".
Es difícil de creer como en un emplazamiento tan céntrico y notable han permitido dejar crecer de forma incontrolable e insostenible a la villa, donde crecen desproporcionadamente las casas asentadas en pisos de hasta 4 viviendas y que se puede apreciar simplemente tomando la autopista o en el trayecto del tren que va a Tigre.
Estas villas funcionan como mini ciudades, en donde puedes encontrar cafeterías, parrillas, supermercados de barrio y, en general, cualquier artículo de primera necesidad. Pero la realidad de estas villas son las calles sin asfaltar, la basura acumulada, casas construidas de forma precaria sin ningún tipo de seguridad, y la sensación de que cuando te acercas a ellas puede pasar de todo menos bueno.

Saludos


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